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El 1 de octubre de 2005 comenzaron a funcionar en todo el país los nuevos tribunales de familia. Su comienzo, a diferencia de lo ocurrido con la reforma al proceso penal y la posterior reforma al proceso laboral, fue sumamente traumático, llegando a ocupar un espacio destacado en los medios de comunicación. La prensa escrita dedicó varias páginas al asunto, mientras los canales de televisión mostraban imágenes de las interminables fi las de personas esperando ser atendidas y sus quejas, especialmente en los juzgados de familia de Santiago. En ese momento, el Ejecutivo explicaba que la causa delatochamiento había estado en un mal cálculo de la demanda inicial y en la puesta en marcha del sistema simultáneamente en todo el país.Autores: Claudio Fuentes M., Felipe Marín V. y Erick Ríos L. |