Reseña:
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La redefinición del proceso penal basado en audiencias, y, consecuentemente lareorganización de las judicaturas en despachos gerenciales, constituyen una herramienta fundamental para escapar de la trampa de papeles, de la mediocridad de los judiciarios, delegación de funciones, incumplimiento de deberes, usurpación de funciones, inefectividad del sistema, secretividad de los actos judiciales, componendas de las decisiones preconcebidas, postergación de las decisiones y mora judicial, así como la incapacidad de los litigantes, flujo de influencias, actos de corrupción, practicas de entorpecimiento del proceso, mala fe, desconfianza entre los actores del proceso, imputaciones infundadas, falta de estrategias de litigio limpio, y un sin fin de debilidades de los rituales procesales, que pierden la noción de su objeto de discusión y, por ende, su razón de ser, lo que repercute en la mala percepción que la población tiene de este servicio público esencial; pero en el peor de los casos, todos esos indicadores negativos repercutenen la violación de los derechos fundamentales de los más débiles, como lo son los acusados de cometer un delito y las víctimas de los mismos. |