Reseña:
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Los abogados -en gran parte del mundo- pueden estar preparados para muchas competencias legales, pleitos de envergadura jurídica y analítica, pero no necesariamente para asumir su trabajo con una habilidad lejana y poco apreciada por la mayoría de estos letrados: la comunicación.Las reformas que se han ejecutado –y otras que están germinando- en América Latina traen aparejado el desafío intrínseco de ejercer el derecho desde la comunicación y la información, desde la reacción directa, desde el lenguaje oral, desde la construcción de realidad mediante la oralidad o desde miradas técnicas tan “extrañas”, como la comunicación no verbal. |