Reseña:
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Hay muchas razones para calificar al actual proceso de reformas a nuestro sistema de justiciacriminal como profundamente innovador. Sin dudas las que han sido más destacadas, y objeto delos análisis más acabados, son las que se refieren a los cambios sustantivos que se proponeintroducir y a la forma cómo estos impactan en el desenvolvimiento de la institucionalidadpolítica del país. En otros términos, la discusión se ha centrado en las ventajas e inconvenientesde sustituir un modelo de justicia penal inquisitivo y escrito por uno acusatorio y oral y en lasconsecuencias que apareja la “redistribución del poder” político que éste último implica, dada lacreación de nuevos órganos, como el Ministerio Público, y el cercenamiento de las facultadesinvestigativas que hoy poseen, al menos en teoría, los tribunales. |