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Uno de los principales desafíos de la reforma de un sistema inquisitivo omixto, es comenzar a pensar y operar con el derecho penal, a través de un procedimiento que no conciba solamente a la pena para el imputado como su fin ultimo, sino a emplear otras herramientas que puedan contribuir a una solución pacifica del conflicto social que generan las conductas sociales disvaliosas. El cambio de concepción de las metas del Estado, es naturalmente limitada para determinado tipo de delitos y de personas, y lo cierto es que con mayor confianza, estas herramientas son validamente empleadas, y sus resultados de alguna manera, comienzan a verse. El siguiente análisis pretende destacarlas bondades de este cambio, en esta “nueva” función componedora y conciliadora del Derecho Penal. |