Reseña:
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La cuestión de la seguridad ciudadana ha emergido desde la segunda mitad de la década del 90 como tema central capaz de poner en juego la capacidad del Estado de cumplir con sus funciones básicas. Este problema exige políticas responsables y soluciones efectivas para la protección de los derechos de las personas. Mientras la inseguridad afecta a la sociedad en su conjunto, la sufren en forma particularmente grave los sectores de menores recursos. Por ello, hay que buscar políticas de seguridad inclusivas que protejan a los diversos actores y no sólo garanticen los derechos de un determinado sector social, mucho menos que promuevan la seguridad de un determinado grupo social a costa de los derechos de los demás ciudadanos. Para diseñar políticas que operen contra el delito y que no produzcan mayor exclusión, es necesario contemplar acciones que extiendan la ciudadanía, como herramienta de integración.En este trabajo se identifican las principales falacias presentes en los discursos sobre seguridad y se avanza en algunos criterios para el diseño de políticas de seguridad y otras políticas públicas. |